El pasado 22 de noviembre participé en la mesa de debate «Arquitectura y diseño. Senior Living redefinido» , dentro de la primera edición del Senior Living Innovation Forum organizado por SIMAPRO.
Como presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS) expliqué cómo la arquitectura saludable y la neuroarquitectura pueden ayudarnos a construir espacios para que las personas mayores se sientan seguras y tranquilas; conservando su independencia; mejorando su salud, bienestar y esperanza de vida; fortaleciendo lazos sociales y permaneciendo integradas como parte importante y activa de la sociedad.
Pasamos el 90% del tiempo en espacios interiores que impactan en nuestra salud. Ahora, tras la pandemia, hay que redefinir las unidades de convivencia donde viven muchas personas mayores para reducir el ratio de posibles contagios, sea cual sea la tipología edificatoria. La arquitectura, como señalé, debe cuidar a las personas en términos de ergonomía, calidad acústica, ventilación, naturaleza…
En mi opinión, se ha demostrado que el sistema tradicional de residencias que no funciona y debemos hacer mucho más para mejorar la vida de las personas mayores, que quieren vivir más pero también mejor: ni solas, ni retiradas.
En los medios:
La industrialización se abre paso en el senior living
Expertos en el senior living resaltan las oportunidades que ofrece este sector emergente