En este nuevo reportaje para Hola.com explico cómo deberían ser los dormitorios infantiles y juveniles para cuidar de la salud, bienestar y desarrollo de los más pequeños de la casa.
La neuroarquitectura aplicada al dormitorio de los hijos puede conseguir salud, bienestar y muchos beneficios, evitando el estrés. Todos sabemos que la plasticidad cerebral es mayor durante la infancia, porque los niños están en pleno desarrollo, experimentando cambios y aprendizajes continuos.
Durante estos años de la infancia se desarrollan neuronas y conexiones que facilitan la relación del niño con el entorno y su aprendizaje. “Por eso es tan importante la estimulación temprana y las experiencias positivas en estas etapas iniciales del desarrollo, y por eso cobran especial relevancia los espacios en los que juegan, descansan y estudian nuestros hijos”, detalla Rita Gasalla, arquitecta especialista en arquitectura saludable y neuroarquitectura, CEO de Galöw y la experta consultada para este reportaje.
Hay que señalar que si, por el contrario, el espacio en el que viven les genera estrés, ansiedad o problemas de sueño, el desarrollo de los niños se ve afectado negativamente, incluso se pueden presentar trastornos emocionales, de conducta o déficits cognitivos (el espacio y los químicos a los que están expuestos pueden tener relación con ello).