En este reportaje explico cómo podemos aplicar todos los conocimientos y criterios que nos aportan la arquitectura saludable y la neuroarquitectura a una estancia fundamental en cualquier vivienda: la cocina.
Es el espacio más contaminado de la casa, así es que lo primero es asegurar una buena calidad del aire que respiramos allí. La luz, el confort acústico, los materiales y los colores, son también factores fundamentales para conseguir una cocina saludable, alegre, confortable, inclusiva y que potencie las relaciones sociales.
Como comento, «la cocina es ese punto de encuentro donde no solo compartir la comida, sino también experiencias”.