Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido que se celebra el último miércoles de abril, respondí a las preguntas de EFE Verde sobre la oportunidad que nos ofrece la naturación de las ciudades para reducir la contaminación acústica que tanto nos perjudica.
Como comento en el reportaje, naturalizar las ciudades ayuda a absorber contaminantes, como metales pesados o gases emitidos por coches y calefacciones, pero también, y de manera «impresionante», el ruido.
En concreto, se sabe que los muros naturales (construidos con árboles y plantas) «frenan» el ruido, reduciendo su propagación un 50 % y absorbiendo un 20 %, lo que es «importantísimo» para mejorar la salud de los ciudadanos.
Estrés, depresión, ansiedad, problemas auditivos o dificultades para conciliar el sueño son solo algunos de los efectos del ruido que combatimos desde la arquitectura saludable diseñando y construyendo espacios con confort acústico. Es una de nuestras máximas preocupaciones porque sabemos que el ruido nos enferma.
Sin lugar a dudas más naturaleza se traduce en menos ruido y más salud.
Aquí podréis leer el reportaje completo.
Por ello, plantas y los árboles no sólo se deben poner a pie de calle o en parques, sino que también hay que usarlos para "insonorizar" edificios, mediante su colocación en fachadas o cubiertas, e infraestructuras, como carreteras o túneles, según la experta.