«La salud y el bienestar serán la próxima industria trimillonaria y la arquitectura contribuirá a ello». Rita Gasalla está segura de que esta afirmación que hacen muchos expertos cambiará el mercado, pero lejos de mostrarse preocupada la arquitecta ha decidido especializarse en arquitectura saludable. Pero, ¿qué significa esto?
«Pasamos alrededor del 90% de nuestra vida en espacios cerrados. Aumentan las enfermedades derivadas del sedentarismo y diversos problemas respiratorios, incluso emocionales, guardan una relación directa con las construcciones que nos rodean. Sabemos, por ejemplo, que apostar por la salud en entornos laborales mejora la concentración y el rendimiento, reduce el absentismo y ayuda a retener el talento. Por eso se empieza a concebir la arquitectura como medida preventiva de salud», explica Gasalla, CEO de Galöw, un estudio de arquitectura que acaba de reformar el lobby y la planta ático del Hotel Puerta América (Madrid) implantando numerosos elementos orientados a que este establecimiento se diferencie por aportar salud a sus huéspedes
¿Qué elementos podemos incorporar al hogar o a la oficina para mejorar nuestra salud?
Podemos tomar muchas acciones con relación al confort térmico, al confort acústico, a la iluminación, al agua, a la calidad del aire y a la composición de los materiales. Si por ejemplo elegimos el agua, podemos poner filtros de carbón activo o de ósmosis inversa, o ambos, para mejorar su calidad. En cuanto a los materiales, podemos buscar que estén libres de compuestos orgánicos volátiles, fijándonos en su composición o en diversas etiquetas que certifican que han sido fabricados libres de estos compuestos.
Hay otros cambios más sencillos, como facilitar la ventilación y permitir la entrada de la luz solar en el hogar. Mi bisabuelo, que era médico, solía decir que «donde entra el sol, no entra el médico». Los rayos ultravioleta contribuyen a la eliminación de las bacterias que se van concentrado en los espacios cerrados.
(Entrevista publicada en Expansión, mayo 2019)